El cliente tritura, prensa, fermenta, embotella y etiqueta todos sus vinos en su bodega, pero al haber utilizado tradicionalmente juntas de EPDM, enfrentaba problemas continuos con la confiabilidad del sello. Esto ocurría durante varias etapas del proceso de elaboración del vino, pero especialmente durante los procedimientos de esterilización entre cada lote, con fugas posteriores que creaban problemas en la confiabilidad de la producción, limpieza y posible contaminación.